domingo, 21 de noviembre de 2010

AZUL ADENTRO

La Venezuela Azul, en varias ocasiones hemos escuchado al Presidente hablando al respecto de los recursos y potencialidades que tenemos como país, de nuestras grandes extensiones de mar de las que gozamos, como parte de la plataforma continental, costas y riquezas subyacentes, al que le sumamos el alcanzado por la presencia histórica de embarcaciones pesqueras venezolanas en otros océanos, como en el Atlántico y el Pacifico Oriental, donde tradicionalmente pescamos hace más de cuatro décadas. Por ello y el alto riesgo al que se enfrentan pescadores venezolanos, en la segunda actividad productiva más peligrosa del mundo, declarado por la OIT, es que debemos estar conscientes de la importancia de las pesquerías que tenemos y las que nos proveen de un alto estatus como productor y consumidor de pescado.


La pesca y la acuicultura en el país es una fuente primordial de alimento y trabajo, y según la FAO, el aumento en la contribución de la pesca artesanal es fundamental para combatir el hambre y la pobreza en todo el mundo. El impulso en la creación por parte del Gobierno Nacional de Consejos de Pescadores y Pescadoras, Acuicultores y Acuicultoras, y hacerla parte de la novísima Ley de Pesca y Acuicultura, legitima la participación del pueblo que trabaja el sector pesquero y acuícola y les brinda la oportunidad de elaborar procesos de toma de decisiones para ordenar y aprovechar las capturas, ser parte de las oportunidades de intercambio y la forma como se emplean los beneficios de la pesca para mejorar su calidad de vida, conjuntamente con los organismos competentes, y prestarse como contralores y vigilantes al servicio de su sector productivo.


En esta ocasión me gustaría aclarar algunas formas de pesca en Venezuela que disfruta de varias pesquerías y con ello, de distintas formas de aprovechar el recurso, a través de peñeros y/o artes de pesca no mecanizadas, que se catalogan artesanales, que en la mayoría se encuentran a lo largo de la costa del país, y nos proveen prácticamente a diario de pescado, también tenemos pesca de mediana escala , que requiere de embarcaciones con bodega de almacenamiento para que puedan realizar más días de pesca sin necesidad de volver a tierra y poder entonces recorrer mayores distancias, pero aún con artes de pesca con muy poco nivel de tecnificación y gozamos también de lo que llamamos pesca de altura, que necesitan de barcos grandes, formas de capturas altamente mecanizadas, enorme capacidad de bodega y realizan faenas de pesca que pueden durar meses. Entre una y otra formas de pesca hay algunas que pueden ser combinaciones, y crean pescas polivalentes o que van dirigidas a varias clases de peces, embarcaciones que se utilizan como matriz de los peñeros para permitir almacenar y prestar servicios a los pescadores pequeños, pero básicamente Venezuela disfruta de ser un país pesquero.


En el marco de lo anterior, es necesario difundir de todas las maneras posibles, las oportunidades de trabajo y organización social que el sector ofrece, el desarrollo en manufactura de nuevos productos a nivel artesanal e industrial, la creación de empresas nacionales y mixtas para fortalecer y fomentar la actividad, la diversificación del intercambio comercial y el incremento del consumo, en ocasión de fortalecer las bases que nos lleven a lograr la seguridad y la soberanía alimentaria.


Cristina del Valle Strédel García
Internacionalista Experta en materia de pesca

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