Ministerio de la Cultura impulsa una política laboral anticapitalista
RICARDO DORADO
Caracas, 31 de marzo de 2011
Bajo las limitaciones del “congelamiento presupuestario” recibido, lo que supuso inicialmente la repetición del presupuesto del año 2009, la política laboral desarrollada en el Ministerio del Poder Popular para la Cultura en el año 2010, estuvo guiada por una línea anticapitalista, enmarcada en la transición hacia el socialismo, consolidando el papel rector del Ministerio y de la planificación centralizada como instrumentos fundamentales en la distribución justa y equitativa de los recursos en un sector integrado por 32 instituciones a cargo de diversos géneros, manifestaciones y expresiones culturales.
La línea anticapitalista adelantada en el sector se concreta en el Plan de Igualación Laboral, que en el año 2010 ha alcanzado a 30 de 32 instituciones del sector, comprendiendo las siguientes medidas centrales:
1.1. Ampliar los beneficios salariales y mejorar las remuneraciones.
A finales del año 2009, fue aprobado en el Ministerio un “subsidio familiar de alimentación” de Bs. 500 mensuales, figura no salarial que se complementó con el beneficio de alimentación a los trabajadores y trabajadoras, dirigido a mejorar coyunturalmente sus ingresos, condicionada a la “disponibilidad presupuestaria” de cada institución.
En la línea revolucionaria, y a la luz de la aplicación de 3R (revisión, rectificación y reimpulso), así como en coherencia con las históricas luchas laborales, correspondía en el año 2010 transformar ese subsidio familiar, de naturaleza no salarial y transitoria, en remuneración con todos sus efectos salariales en beneficio de los trabajadores y trabajadoras, como contraprestación al trabajo cumplido y a las labores desarrolladas. Adicionalmente, el imperativo de “salarizar” el subsidio, tenía como ventaja adicional reducir la transferencia de recursos financieros al sector privado por vía de comisiones administrativas, justificadas en la emisión, custodia y distribución de tickets o cupones de pago.
Así pues, desde el inicio de esta nueva etapa, la gestión en el Ministerio estuvo signada por la conversión del subsidio en salario, transformando su forma y su contenido, haciéndolo coherente con una política sostenida de remuneraciones cuyos montos se habían mantenido inalterables desde el año 2008, salvo los incrementos de salarios mínimos decretados por el Ejecutivo Nacional.
La salarización se ha concretado, incorporando y distribuyendo su valor monetario (Bs. 500) en diferentes conceptos que en el sector cultura poseen naturaleza salarial (entre otros, a través del incremento de las primas de transporte, de antigüedad y de profesionalización), con impacto directo en las bonificaciones anuales de vacaciones y de fin de año (aguinaldos), así como en las prestaciones sociales.
Como efecto adicional, tras el proceso de “salarización”, desapareció el anterior subsidio no salarial, percibiendo los trabajadores y trabajadoras mejores remuneraciones, actualizados los beneficios salariales y no salariales, fortalecidos los salarios “normales” a partir de incrementos diferenciados en el año 2010 en no fueron menores al 20%. El nuevo esquema facilitó la gobernabilidad revolucionaria de la materia salarial, redistribuyendo a favor de los trabajadores y trabajadoras los montos que anteriormente se iban en comisiones administrativas al sector privado.
1.2. Disminución de las distancias y asimetrías en las remuneraciones entre los diferentes niveles de trabajadores.
Dando continuidad a los logros del Plan de Igualación Laboral del año 2008, se consolida una nueva cultura laboral, en la cual si bien no se alcanza el igualdad absoluta (igualitarismo), a causa de los diferentes niveles de responsabilidad y responsabilidades establecidas en la Administración Pública, se avanza sostenida y progresivamente en la disminución de las distancias entre los niveles básicos, el personal artístico y los rangos de toma de decisiones. Siguiendo esta línea de justicia, de reducción de las diferencias, la distancia entre la parte inferior y superior de la estructura de remuneraciones en el sector no supera a 3 salarios normales mensuales.
Adicionalmente, en coherencia con los principios que deben regir los emolumentos percibidos por los altos cargos del Estado en la transición socialista, el Ministro establece el límite máximo a partir del cual se ordenan el resto de las remuneraciones. Con ello se asegura que todo el personal de dirección se mantenga uniforme, con un régimen igualitario de beneficios sociales no remunerativos, obligando a la reducción de montos no planificados ni autorizados centralmente, generando economías presupuestarias que son revertidas o redistribuidas a favor de los trabajadores y trabajadoras de base.
Finalmente, también fueron racionalizadas las diferencias en los salarios o sueldos básicos y beneficios entre las personas con los mismos cargos, desarrollando labores similares o responsabilidades idénticas, con iguales requisitos de formación y calificación técnica, profesional o de oficios. Se ha dado un importante avance en la conciencia interna sobre el principio de “igual salario, por igual trabajo” y de ordenación de las estructuras de cargos bajo la rectoría y control central del Ministerio, en armonía con el conjunto de la Administración Pública Nacional.
1.3. Uniformar, actualizar el valor y ampliar los beneficios sociales.
Los beneficios sociales que permanecieron “congelados” en su valor e inamovibles en su contenido desde finales del año 2008, en el año 2010 fueron progresivamente actualizados en sus montos, colocándolos en los promedios establecidos para conceptos similares en la Administración Pública Nacional. De igual modo, se han combatido fórmulas de cálculo que permitían la reproducción de las diferencias entre el personal directivo, de confianza, profesional, técnico, de apoyo y obrero. En líneas generales, ningún hijo, hija o familiar de los trabajadores y trabajadoras del sector es tratado en forma diferenciada o discriminada atendiendo al nivel que posean éstos o éstas en sus puestos de trabajo o en los niveles de responsabilidad laboral que cumplan. Las diferencias preexistentes en el tratamiento de los hijos del personal “de dirección” y los hijos de los “obreros” han sido superadas en el sector por ser contrarias a la ética socialista, basada en la igualdad, a la justicia y a la solidaridad.
Asimismo, en el año 2010 se amplió el contenido de los beneficios sociales, al incluirse el subsidio mensual para los hijos e hijas de los trabajadores y trabajadoras con discapacidad severa, así como la ayuda en caso de familiares fallecidos, entre otros.
1.4. Luchar contra de privatización, reduciendo la facturación de los seguros de hospitalización, cirugía y maternidad.
El año 2010 constituyó un salto institucional en la eficiencia y la transparencia administrativa en el control de la facturación de los servicios de hospitalización, cirugía y maternidad, lo que vino acompañado de denuncias ante la Superintendencia de la Actividad Aseguradora de cobros excesivos y abusivos de las empresas aseguradoras privadas, de irregularidades en la facturación en perjuicio del patrimonio público. Ello, además, condujo a la lucha de los trabajadores y trabajadoras de la Biblioteca Nacional, contra la operadora privada del servicio y a dar los pasos en la transición hacia un Sistema Autoadministrado de Salud, reduciendo el peso de las comisiones administrativas.
Estas medidas audaces constituyen el avance de la conciencia socialista permitiendo la recuperación de más de Bs. 9 millones en el sector, que parecían de antemano perdidos (más que los presupuestos individuales de varias instituciones culturales), así como iniciar un proceso de control popular destinado a disminuir en el futuro la transferencia de recursos presupuestarios al sector privado, que –en su lugar- podrían ser dirigidos con justicia hacia los trabajadores, trabajadoras y a la comunidad.
1.5. Cancelación de pasivos laborales y saneamiento administrativo de los pasivos con la seguridad social.
Hemos proseguido y profundizado la línea de cancelación oportuna de las prestaciones sociales a los trabajadores y trabajadoras egresados, reduciendo las demoras en esta materia, mostrando otro signo de eficiencia y de avance en la justicia social. Particularmente este proceso ha implicado un importante precedente en la Biblioteca Nacional, que ha concretado un esfuerzo significativo en la cancelación de esta deuda social, reduciendo los tiempos de espera a meses cuando hasta hace poco se contaban por años.
2. Igualdad laboral, proceso en continua revisión y reimpulso, como la Revolución.
Como en el año 2008, cuando se pasó de más de 30 políticas laborales atomizadas, fragmentarias y contradictorias de las diferentes instituciones que conforman el sector cultura nacional, a una sola política laboral uniforme y general; hoy se puede afirmar que continúa el avance en la dirección correcta de la igualdad laboral, basada en la planificación centralizada como instrumento socialista para gobernar revolucionariamente en función del conjunto de las instituciones y de sus necesidades, participando en el esfuerzo colectivo de construcción de una nueva sociedad.
Sin embargo, los avances no hacen perder de vista otros temas pendientes como la lucha por la estabilidad del personal contratado en el sector público, sobre todo de quienes tienen renovaciones recurrentes y por años. Corresponde al año 2011 avanzar en esta materia, iniciando un proceso de regularización del personal contratado, atendiendo a la antigüedad en el sector, al régimen jurídico y a las necesidades de las diferentes instituciones en coherencia con la planificación presupuestaria establecida. , Así pues, debe consolidarse una política de estabilidad laboral que ha caracterizado al gobierno revolucionario en la dignificación en las condiciones laborales de la Administración Pública.
3. El papel histórico de la clase obrera organizada es contribuir a la igualación laboral en la profundización del socialismo.
Finalmente, cabe hacer una reflexión: avanzar en la implementación de una política laboral de naturaleza anticapitalista supone un proceso permanente de revisión y reimpulso, para hacer que el presupuesto alcance a todos y a todas, sin establecer privilegios y sin sucumbir en forma acrítica a situaciones diferenciadas heredadas del pasado que constituyen la reproducción de los viejos valores y vicios corporativos, signados por el “grupismo”, el individualismo y el egoísmo.
La conciencia de los trabajadores y trabajadoras, sobre todo aquellos organizados, debe profundizar en la visión del conjunto de la clase y del pueblo, evitando ser manipulado por una visión corta, parcelada o focalizada del corporativismo, renunciando a la tarea de construir una nueva sociedad fundada en la igualdad y la solidaridad, atendiendo a las necesidades de la totalidad del pueblo y no de sectores particulares. Esta responsabilidad supone un salto en la conciencia del deber social tanto en el sector cultura como en el resto de la Administración Pública.
De allí que el gobierno revolucionario, en defensa de los derechos e intereses de la mayoría, debe poseer desde la planificación centralizada la visión del conjunto de la sociedad, que permita en esta hora histórica establecer en diálogo sincero y militante con los trabajadores, trabajadoras y sus organizaciones de base, una dinámica de relaciones laborales en coherencia con los objetivos estratégicos del Proyecto Nacional Simón Bolívar: alcanzar la mayor suma de felicidad social posible, ampliando derechos, derrotando privilegios, profundizando la inclusión y la justicia como fundamento de una nueva estructura social. La igualación laboral es uno de los componentes de la transición hacia el socialismo y, en función de él, deben unirse fuerzas organizadas para lograr su éxito y triunfo.
Patria Socialista o Muerte…Estamos venciendo…!!!!
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